5 ene 2015

sutra

sutra la vida es espejo


Hay una correspondencia entre el mundo interior y el mundo exterior. Sin darte cuenta tú estás creando tu mundo exterior desde tu interior. Cuando tu mundo externo no funciona es porque tu mundo interno está desequilibrado, está en lucha. Existe una correspondencia. Hay que ser conciente de que si ponemos solución a nuestros conflictos internos, nuestro mundo externo va a cambiar pues éste se corresponde con aquél.

Si tienes una determinada creencia que te ha llevado a un tipo de sufrimiento, tendrás que trabajar sobre esa creencia para que pueda proyectarse en tu mundo externo algo que te sirva para eliminar ese sufrimiento. Podemos decir que las creencias son el proyector y el mundo exterior es la pantalla. En el mundo exterior nos movemos a través de las relaciones y hemos de darnos cuenta que las relaciones son el espejo en el que te puedes ver y conocer, aunque , lo más habitual es que siempre intentemos justificarnos para así no ahondar en nuestro conocimiento. Siempre que pasas por un problema de relaciones, de hecho, consigues ver más de ti mismo. Ves el lado tuyo que está herido, ése que quiere amar, que requiere atención, que no puede perdonar, que no es aceptado, que se siente rechazado. Cuando aceptas todo esto dentro de ti verás que tu mundo externo cambia inmediatamente. Por eso en las relaciones es tan importante el estar atento a lo que te expresa tu mundo interno. Bhagavan dice: “escucha a tu mujer cuando te regañe como si fuera un pájaro cantando”. No es importante lo que la otra persona exprese (esto pertenece al mundo exterior) sino como tu interior lo vive. Practica la escucha pues así experimentarás tu interior.

Hemos visto en el desarrollo del Sutra anterior que creemos que el sufrimiento se inicia con un hecho, situación o persona a la que culpabilizamos para luego y de inmediato sentirnos a la vez culpables. Pero la causa no está ahí, en ese hecho, sino en nuestro interior. Hemos visto que hay que tomar conciencia de ello para que podamos aplicar el Sutra y, de esa forma, liberarnos del sufrimiento creado. Es necesario “mirarnos” dentro pues si no lo haces, y huyes, ese sufrimiento se convertirá en una carga que hará que en tu mundo externo, esa carga se vea reflejada en algo que no deseas ni te gusta. Nos pasamos la vida intentando cambiar lo que nos desagrada a nuestro alrededor, queremos cambiar a las personas, queremos cambiar de trabajo, queremos que cambien nuestros políticos…

Tú puedes cambiar de sitio los muebles de tu habitación pero, por ello, no deja de ser la misma habitación. El exterior siempre reflejará tu estado interno. Si estás lleno de cargas y no haces más que esconderlas, ese “mal estar” interno se proyectará en todos los ámbitos de tu existencia y no estarás cómodo en tu casa, ni en el trabajo, ni con tu familia, ni con tus amigos y te relacionarás desde el egoismo, desde la conveniencia y no desde el amor porque en tu interior el amor no tiene cabida debido a las numerosas cargas que no quieres afrontar.

Comprendiendo el Sutra de hoy, el mundo externo nos alecciona de cómo te encuentras realmente en tu interior. Cuántas veces despotricamos de una persona con la que nos estamos relacionando.¿Por qué no te das cuenta de que lo que no te gusta de esa persona es algo que no te gusta de ti? Esa persona está haciendo de espejo. ¡Qué buena ocasión para profundizar en el conocimiento de ti mismo! ¡Cuántas cosas de ti mantienes ocultas en tu interior! Y no pones hincapié en ello porque no quieres conocerte. Estás tan acostumbrado a vivir desarrollando las múltiples personalidades que has creado de ti que te has olvidado de quién eres realmente. Cada una de estas personalidades desarrolla su propia conducta y es muy probable que, con alguna de tus personalidades, estés involucrado en el juicio, en la comparación… 

¡Detente! Y reconoce esa personalidad que está hablando en ese momento, que está enjuiciando o comparando y ese juicio o esa comparación te señalarán eso que no te gusta de ti. Y así empezarás a aprender a practicar el arte de la escucha, porque tu interior te está hablando continuamente y tú, sin embargo, te empeñas en continuar con esos tapones que te impiden oir lo que tu interno te dice, porque tienes miedo de saber quién eres y de aceptarte como tal. Y así ni siquiera te percatas de que los demás, tu exterior, te están enseñando eso que te niegas a ver de ti. No somos conscientes de la lucha interna y no somos conscientes de que no nos aceptamos. Nos comportamos como una hoja muerta y en las ocasiones que vislumbramos esta situación, creemos que no estamos preparados para esta confrontación y huimos de nosotros mismos pues es lo más cómodo y fácil. Si pones atención en ese espejo que son las otras personas a tu alrededor crecerás en tu conocimiento del auténtico ser que eres y empezarás, reconociéndote, a ser feliz pues la felicidad es un estado interno del ser. Reconozcamos pues a nuestro ser.
Redacción: Eduard Girbau, Oneness Senior Trainer
Enseñanza Oneness University

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